domingo, 16 de marzo de 2014

El ser humano es extraordinario

Hola a todos.

El pasado jueves tuve en mi centro de trabajo la celebración de la Falla (fiesta con una arraigada tradición en la ciudad de Valencia y diferentes poblaciones de la Comunidad Valenciana, que se celebran del 15 al 19 de marzo). Es una auténtica super-producción de y para alumnos, padres y profesores.

A lo que iba yo contando esto: en mi parcela, como profesor de música, tenía que llamar a diferentes músicos para conseguir una charanga que sonara decentemente para tal fiesta a muy bajo coste, -prácticamente simbólico- más merienda de chocolate con buñuelos. Y así lo hice, tiré de agenda de amigos y muy allegados para ello.

                                                                       

Lo curioso no es que lo pasáramos genial haciendo lo que más nos gusta y objetivo conseguido, sino que vinieran casi todos los que llamé, pese a sus obligaciones del día a día, y con alegría y entrega a fondo. Os enumero a héroes del día a día que pasan desapercibidos en nuestra sociedad y con su ejemplo del otro día, me hacen sacar el doble de pasión y el doble de ilusión cuando las cosas se me complican:

- Manu, 21 años y estudiante de ADE. Se encarga de coger percusión para él y para Lucía (a la que todavía ni conoce), pasa por casa de su primo Pedri, y carga también con su bombardino. Acaba el acto y no puede quedarse ni a la merienda porque tiene que seguir con sus cosas.

- Lucía, 18 años y estudiante de Educación Social y Magisterio de Primaria (aparte de canto y flauta). Acude rápido después de clase y en tranvía sin tener una idea exacta de donde es el acto. Acaba y no puede quedarse ni a la merienda porque tiene que seguir con sus cosas.

- Pablo, 20 años y estudiante de Ingeniería Informática y Conservatorio. Viene desde un pueblo que está a 19 kms de donde es el acto con una tuba prestada por su escuela y en transporte público. Al acabar el acto vuela para devolverla sin un rasguño a la sociedad que se la dejó y puedan dar clase con ella toda la tarde puntualmente.

- Héctor, 21 años y estudiante de Arquitectura. El año pasado ya vino a colaborar con la mala fortuna de que trajo su coche para ese acto y tuvo un golpe (espina que tengo clavada). No le compensa económicamente venir y pese al ingrato recuerdo, repite respondiendo con un SÍ rotundo cuando le pregunto con miedo, si vendría este año también. Acaba sus clases, come rápido, viene y cuando acaba el acto no puede quedarse ni a la merienda porque tiene que seguir con sus cosas.

- Pedri, 29 años e Ingeniero Agrónomo con Erasmus incluído en Hungría. El martes estuvo en Jaén por un proyecto donde está becado para un posible trabajo, llega el mismo jueves por la mañana a clase de un Master en Valencia sin haber apenas descansado, encarga a su primo Manu que le lleve el bombardino, acaba el acto y no puede quedarse a la merienda porque tiene que descansar por fin. Pese a su Curriculum y sus esfuerzos sigue sin encontrar trabajo pero la vida le compensará por todo, estoy seguro.

- Paco, 15 años y estudiante de ESO. Encarga a su madre que le haga un bocadillo, le coja el trombón y que le recoja a las 15h en su instituto, que está a 3 kms de donde tiene que tocar, porque quiere llegar al acto y mientras su madre conduce él come. Acaba el acto y no puede quedarse ni a la merienda porque tiene que seguir con sus cosas.

- Laura, 18 años y estudiante de Bachiller Artístico. Sale de casa a las 7.30h con su saxo y su bocadillo para, al acabar sus clases de instituto, venir andando al acto comiendo por el camino. Acaba el acto y no puede quedarse ni a la merienda porque tiene que seguir con sus cosas.

- Carlos, 43 años y Administrativo en una empresa a 9 kms de donde es el acto. Le dejan una pausa más larga para que pueda venir al acto y, a primera hora del día, coge su trompa al salir de casa. A las 14.10h se desvía del camino para recoger a Manu y a Héctor con todo el instrumental. Acaba el acto y no puede quedarse ni a la merienda porque tiene que seguir trabajando pero se despide de mí con un "¿vas al ensayo esta noche?". Como si acabara el dia fresco y no tuviese que madrugar al día siguiente pero no es así, el ensayo lo tiene a 20 kms de casa a las 22.00h y una mujer e hija en casa esperando.

- Mireia, 18 años y estudiante de Psicología y profesora de baile. Viene sonriente con su flautín y al acabar el acto se queda un rato a la merienda porque "tiene algo de tiempo" (15 minutos como máximo) antes que empezar a dar clase de baile toda la tarde. Como si no gastara energía, se despide de mí como Carlos ("¿vas al ensayo esta noche?")

Con gente así, no me estraña que España sea líder mundial en materia de trasplantes ni que Harvard utilice como material de estudio los casos de Zara o Mercadona.

Somos un pueblo extraordinario porque gente así es extraordinaria. Ojalá el mundo esté más loco.

¿Todavía creéis de verdad que España no sale de esta?

Hasta después de Fallas

Si os ha gustado o tenéis alguna duda, podéis realizar comentarios sobre ello. ¡Comparte!
La campana ya ha sonado síguenos en:
-Blog: lacampanayahasonado.blogspot.com
-Facebook: https://www.facebook.com/LaCampanaYaHaSonado




3 comentarios:

  1. Entonces la merienda nos la traeras en un tupper o algo?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dudo que quedara algo, ya sabes aquello de "las oportunidades no se pierden, las aprovechan otros";)

      Eliminar
  2. Gracias por la parte que me toca.

    Esto es un dar por recibir y en mi caso, es dar muy poco por recibir mucho.

    Las personas como tú sabéis ganaros al resto de la Humanidad y eso se nota.

    Ya estoy esperando tu llamada para el año que viene.

    ResponderEliminar

Gracias por participar y dejar su comentario en el Blog.